Cuando se trata de aspiraciones en la vida, hay muchas cosas a las que aspirar. Alcanzar un determinado nivel en tu carrera. Visitar algún lugar de tu lista de deseos. Aprender un nuevo idioma. Pero si hay alguna aspiración que encabeza la lista es ser un buen padre.
Cuando llega el pequeño, es muy probable que tus prioridades cambien. Claro que es importante conservar las cosas que te hacen ser tú mismo. Pero es posible que te concentres más que nunca en ser un buen padre para tu bebé.
Pero, ¿qué es lo más importante a la hora de cuidar de tu pequeño? ¿Qué es lo más importante que puedes hacer por tu bebé?
Estar presente.
Vive el momento
Hay muchos artículos que entrevistan a padres con hijos adultos. Cuando se les pregunta qué harían de forma diferente, la mayoría de las respuestas se refieren a estar más presentes con su pequeño.
Desearían no haberse obsesionado tanto con mantener la casa perfecta. O haber perdido un tiempo precioso con su pequeño preocupándose por cosas que sencillamente no importan. Cuando se trata de cuidar a tu bebé, lo más importante que puedes hacer por él es vivir el momento.
Aprende a estar presente
Aprender a estar presente no se consigue de la noche a la mañana. Tampoco significa que todos tus problemas desaparezcan en un instante. Vivir el momento no significa tener una vida perfecta, sino ser capaz de dejar a un lado las preocupaciones y el estrés para estar presente con tu bebé. Una habilidad que se aprende y que puede llevar un tiempo poner en práctica.
Como padres primerizos, a menudo nos enfrentamos a retos vitales difíciles. Intentar mantener el ritmo de las tareas domésticas mientras cuidamos de un bebé. Intentar sobresalir en la carrera profesional sin dejar de ser buenos padres. Intentar hacer malabarismos con las finanzas mientras crece la familia. La paternidad es dura.
Y lo que es peor, muchos padres primerizos caen en la trampa de intentar ser perfectos. Con tantas expectativas puestas en los nuevos padres y madres, puedes sentirte fracasado si tienes dificultades para salir adelante.
Pero lo cierto es que nadie es perfecto. Nadie lo es. Tendrás tus momentos y la vida te lanzará continuamente bolas curvas. Lo que importa es cómo reaccionas.
Aprende a soltarte
Tanto si te quedas en casa con tu bebé como si lo ves por las tardes después del trabajo, este es tu tiempo especial a solas con él. Un tiempo que nunca podrás recuperar. Puede ser agotador, hermoso y complicado al mismo tiempo. Pero es vuestro tiempo juntos y nadie os lo puede quitar.
Aprende a olvidarte de mantener la casa perfecta en todo momento. Porque con los peques, eso no va a ocurrir. Al menos no por mucho tiempo. Te volverás loca de preocupación intentando controlarlo todo en todo momento. Aprende el arte de dejarte llevar. Deja que la colada repose un poco más mientras juegas con tu bebé. Apaga el teléfono en lugar de distraerte con mensajes que puedes responder más tarde. Las investigaciones demuestran que los años más importantes del desarrollo de un niño son los que van desde que nace hasta los tres años. Es el momento de ser cariñoso, afectuoso y receptivo. Es el momento de estar presente.
Actividades para reducir el estrés
Aunque la idea de vivir el momento suena muy bien, puede ser difícil ponerla en práctica. Puede que pienses "bueno, si yo no lavo la ropa, ¿quién lo hará?". Este tipo de pensamientos son completamente válidos. Intentar compaginarlo todo es imposible. Así que intenta repartir tu tiempo lo mejor que puedas. Dedica algunos ratos a las tareas domésticas o profesionales y otros a estar con tu bebé. Dedícale toda tu atención y verás cómo se alegra de tenerte para él solo.
Intente reducir sus preocupaciones y su estrés participando en actividades que reduzcan el estrés. Puede ser una simple meditación de 10 minutos antes de acostarte o un paseo con tu pequeño en el cochecito. Si el estrés te impide estar presente con tu pequeño, te recomendamos que hables con un profesional para que te ayude.